Despedirse nunca es del todo fácil. Es más fácil dar gracias
a lo vivido, a las personas conocidas y las memorias que te llevas. Vivencias
que si no hubieras dicho adiós en otro momento anterior, no vivirías. Y la vida
es eso, una acumulación de vivencias, y depende de nosotros como las vivamos.
Después de haber pasado 2 meses sumergido en la cultura
Nipón, comido de sus platos, aprendido algo de su idioma, de sus costumbres, de
su forma de vida, visitado sus lugares más sagrados, haberme adaptado a su
ritmo de vida, escuchado y bailado su música, bebido su alcohol, reído con sus
programas de televisión e incluso haberme aficionado al Natto (granos de soja
fermentados), solo puedo decir que Japón es un país impresionante.
¿Qué decir de este país? Buff…creo que podría hablar horas y
horas. Pero creo que más importante es la pregunta: ¿Qué se puede aprender de
Japón?
Y la respuesta es: ¡Mucho!
Su amabilidad, respeto por el prójimo, alegría, seriedad y
el gran respeto por su propio país y cultura son admirables. Son valores que en
muchos países de occidente cada vez carecen más de valor. Una Alemania que
todavía se avergüenza de lo ocurrido en la segunda guerra mundial. Una España
que se sumerge en la autocompasión y la corrupción.
Con eso no quiero decir que la obsesión por el trabajo o la
falta de afecto en las parejas japonesas sean puntos de referencia. No existe
ningún país y ninguna cultura que sean perfectos – totalmente idílicos. Hasta la paz y
armonía que reina en una playa de la Polinesia Francesa te puede llegar a aburrir. Además, no estemos hechos para vivir en un paraíso... Estamos hechos para crear, para hacer cosas. Algo que olvidan enseñar en la educación actual.
Cuando escribí esta entrada iba a hablar sobre cosas
que a diario ocurren en España, en el mundo, y relacionarlas con la cultura
Asiática. Pero como dije en mi primer post, no os hablaré de cosas que sabéis la mayoría y que os podéis
encontrar cada día en cualquier rincón.
¿A caso no se ha hablado ya lo suficiente? ¿A qué esperar
para pasar a la acción? Ah…entiendo…no es buen momento…
Hay cosas para las que nunca llega el momento y a la vez
siempre está allí, delante de nuestras narices. ¿Cuándo hablarle a esa chica en el bar? Si esperas a que se haya
ido el momento ha pasado. ¿Cuándo decidir lo que quieres hacer con tu vida? Si
esperas a tu jubilación igual no llegas… ¿Cuándo…cuándo…cuándo…?
Si el único
momento que puedes cambiar es el presente, el AHORA…¿Qué tal si empiezas por allí?
¡Mil gracias a mi familia japonesa! No es un adiós, es un hasta pronto...
grandes articulos man!! pasatelo muy bien! nueva aventura seul? igual intento hacerte una visita. Simo.
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