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miércoles, 17 de julio de 2013

Mi filosofía de las montañas y los osos amorosos de Seúl.


Días movidos. Días de lluvia. Días sin deporte. Días durmiendo regular. Días diferentes. Días…en Seúl.
Hoy haré un 50/50. La mitad serán reflexiones y la otra mitad os hablo de la vida en Seúl. ¿Qué os parece?
Reflexiones:
Parece mentira, pero cuando todo va bien, cuando nada te concierna y todo te sale redondo, a veces te olvidas de que, hacer cumbre en una montaña, ese momento de felicidad y placer no perdura para siempre y para llegar a la cumbre de otra montaña, irremediablemente hay que pasar por el valle. A no ser que seas Superman o tengas un Helicóptero.
¿Pero no es eso la vida? ¿Subir y bajar montañas? (Y no me refiero a las montañas rusas...) Te buscas una montaña y la intentas el subir. La primera vez que lo intentas a menudo te rindes. Te pesa demasiado la mochila porque has empaquetado más ropa de la cuenta (Lo que sea pero calzoncillos que no te falten, siempre me decía mi madre). Te duelen los pies y sudas como un pollo en el horno porque no has elegido el atuendo adecuado. No respiras bien porque eres un novato. El tiempo no acompaña. Vamos, todo lo que puede pasar, ¡te pasa A TI!
Pero allí estas y la decisión de subir o no esa montaña que tú solito te has elegido es tuya. En cambio, están los que no eligen nunca - pero critican a los demás. Están los que se pasa la vida subiendo pequeñas colinas, siendo capaces de hacer cumbre al Everest. Están los que hacen cumbre tras cumbre. cómo posesos. Están los que ni sale de casa, por la pereza que les da. Y por supuesto, también están los que se pasan la vida deprimidos por rendirse en alguna montaña, viviendo para siempre en un profundo valle.
¿Pero no es eso la vida? Buscarse montañas. Sufrir y a la vez sentirse vivo al subirlas. Disfrutar de la vista, del aire limpio y del sol en la cumbre. Y como no, pasar por algún valle para volver a subir la siguiente montaña.
Nunca olvidemos…sin montañas no habría valles, y sin valles no habría montañas. Y la verdad, ¿A quién le gustaría vivir en una tierra plana?
Seúl:
Seúl es la ciudad del amor. Igual recordaréis que hace tiempo os contaba que en Japón apenas había contacto físico. Bien, pues Seúl es exageradamente lo opuesto. Los chicos caminan con la mano encima del hombro. Las chicas cogidas de la mano. Las parejas…las parejas llevan pegamento en todo el cuerpo. No en serio, quien tiene pareja en Seúl siempre tiene una mano ocupada. Bueno, en realidad dos, no nos olvidemos del móvil. Aunque hasta eso comparten las parejas.
Mirad, sentado en el Starbucks acabo de contar 20 parejas en 2 minutos y medio pasando por la acera. Un miércoles tarde normal y corriente. Y eso no es nada comparado con un sábado.
De hecho, mi amiga Clara me ha contado que los fines de semana, la gente soltera casi no sale a la calle. Normal, ¡acabarían ahorcándose en cualquier semáforo!
Volviendo al turismo, fui a ver el War Memorial of Korea esta semana. La invasión de Corea del Norte, Tanques, Aviones de combate, la Guerra de Vietnam, batallas navales del siglo XV, un museo enorme. Impresionante y lo mejor, la entrada es gratuita.

Allí también se aprecia muchísimo lo ligado que está Corea del Sur a los Yankees. Les honran de mil y una maneras el rescate. Cuando, en realidad la causa de la Guerra de Corea fue la ocupación previa de la URSS y U.S.A. tras la Guerra del Pacífico contra Japón en 1945. Mientras Moscú y Washington hacían un pulso entre ellos para ver quién era más fuerte lo pagaron Japón y Corea. La demostración de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, y la división de Corea por el Paralelo 38. Lo que conllevó una Corea del Norte comunista y una Corea del Sur democrática, imposibles de reconciliarse, incluso a día de hoy.
Como curiosidad contaros que en la mayoría de restaurantes de Corea del Sur no se sirve a una persona. Como las barbacoas coreanas van por cantidad de comida y con una gran diversidad de platos, no les sale rentable prepararlo para una sola persona. ¡Pues a comer para dos!
¡Disculpad por la torrada, me he pasado!
Os dejo con una frase que descubrí en un Ted Talk el otro día. “Your future starts right now” – “¡Tú futuro empieza ahora mismo!” (Video)

martes, 9 de julio de 2013

Sayonara Nihon. さよなら日本


Despedirse nunca es del todo fácil. Es más fácil dar gracias a lo vivido, a las personas conocidas y las memorias que te llevas. Vivencias que si no hubieras dicho adiós en otro momento anterior, no vivirías. Y la vida es eso, una acumulación de vivencias, y depende de nosotros como las vivamos.
Después de haber pasado 2 meses sumergido en la cultura Nipón, comido de sus platos, aprendido algo de su idioma, de sus costumbres, de su forma de vida, visitado sus lugares más sagrados, haberme adaptado a su ritmo de vida, escuchado y bailado su música, bebido su alcohol, reído con sus programas de televisión e incluso haberme aficionado al Natto (granos de soja fermentados), solo puedo decir que Japón es un país impresionante.
¿Qué decir de este país? Buff…creo que podría hablar horas y horas. Pero creo que más importante es la pregunta: ¿Qué se puede aprender de Japón?
Y la respuesta es: ¡Mucho!
Su amabilidad, respeto por el prójimo, alegría, seriedad y el gran respeto por su propio país y cultura son admirables. Son valores que en muchos países de occidente cada vez carecen más de valor. Una Alemania que todavía se avergüenza de lo ocurrido en la segunda guerra mundial. Una España que se sumerge en la autocompasión y la corrupción.
Con eso no quiero decir que la obsesión por el trabajo o la falta de afecto en las parejas japonesas sean puntos de referencia. No existe ningún país y ninguna cultura que sean perfectos – totalmente idílicos. Hasta la paz y armonía que reina en una playa de la Polinesia Francesa te puede llegar a aburrir. Además, no estemos hechos para vivir en un paraíso... Estamos hechos para crear, para hacer cosas. Algo que olvidan enseñar en la educación actual.
Cuando escribí esta entrada iba a hablar sobre cosas que a diario ocurren en España, en el mundo, y relacionarlas con la cultura Asiática. Pero como dije en mi primer post, no os hablaré de cosas que sabéis la mayoría y que os podéis encontrar cada día en cualquier rincón.
¿A caso no se ha hablado ya lo suficiente? ¿A qué esperar para pasar a la acción? Ah…entiendo…no es buen momento…
Hay cosas para las que nunca llega el momento y a la vez siempre está allí, delante de nuestras narices. ¿Cuándo hablarle a esa chica en el bar? Si esperas a que se haya ido el momento ha pasado. ¿Cuándo decidir lo que quieres hacer con tu vida? Si esperas a tu jubilación igual no llegas… ¿Cuándo…cuándo…cuándo…?
Si el único momento que puedes cambiar es el presente, el AHORA…¿Qué tal si empiezas por allí?
¡Mil gracias a mi familia japonesa! No es un adiós, es un hasta pronto...