viernes, 21 de junio de 2013

¡Desde Kyoto con amor!


Después de pasarme por la ducha nada más llegar a Kyoto me sitúo y decido irme a pie al primer templo Sanjūsangen-dō. Sitio que en el mapa parecía estar mucho más cerca y con 34 grados y una humedad para morirse...no fue la mejor decisión. Pero allá iba a ver las 1001 estatuas de oro albergadas en el templo más largo de Japón – 120 metros. Impone verlo, sobre todo sus 28 guardianes, dioses del Budismo Hindú hechos de madera maciza que transmiten una realidad impresionante.

De allí ya decidí ir en Bus hacía algo parecido al Albaicín de Granada, pero a lo japonés, la Kyoto del este. Pequeños callejones que subían hacía las colinas que rodean la ciudad. Callejones llenos de tiendas de suvenir, excursiones escolares y otros tantos turistas como yo. En lo más alto el templo de Kiyomizu-dera. Costaba apreciar su colosal estructura entre tanta gente, pero sin duda es el templo con mejores vistas sobre Kyoto.
 

De allí fui al Buddha de Ryozen Kannon de unos 24 metros de altura. Pasé a ver otro templo con la puerta más grande de toda Japón – Chion-In. Era lo único que se veía de este templo. El resto se ocultaba bajo una nave industrial a la altura de cualquier IKEA, y así estará hasta el 2019 por restauración. Como ya sabéis, los japoneses son perfeccionistas. Antes de hacer un Ecce Homo se hacen el Hara-Kiri. Luego en Bus a Ginkakuji-ji y a recorrer el Philosopher's Walk, un bonito paseo al límite de la ciudad. Y ya…con las piernas como si hubiera corrido una maratón, cené y me di un paseo por el Barrio de Gion. Tan famoso por sus Geishas. Geishas no vi muchas pero clubs de nombres exóticos varios...(Adult Club, Brasilian Club, Mans Club). Así que a por una cerveza en la orilla del rio Kamo viendo un espectáculo de malabares con fuego. Y tras 19 horas sin dormir agradecí la comodísima cama del Piece Hostel. Un Hostal muy recomendable.

El segundo día llovía sin parar. Como ya os conté hace unas semanas, es época de lluvias en Japón. Así que a ponerse el chubasquero y a la calle. Primero al Palacio Imperial que está en el centro de la ciudad y ¡es enorme! De allí al templo de oro de Kinkaku-ji. Y aunque a parte del templo allí no había nada interesante, ver ese templo de oro reflejado en el lago era una imagen espectacular.
La lluvia iba en aumento, pero yo quería ver los jardines de Daikaku-ji y el famoso Bosque de Bambú.
Daikaku-ji me sorprendió con sus puertas correderas con pinturas ancestrales. Pudiendo imaginarme cómo debían dormir allí los señores en el Período Heian (Siglo IX). Sin embargo el bosque de Bambú no tenía mucho más que eso…Bambú.

Era hora de volver y prepararse para salir con un grupo de españoles que estaban en el mismo Hostal. Varios amigos de toda la vida, viviendo en distintos lugares del mundo, que se han juntado en Japón para un pequeño Road Trip. Se improvisó un pequeño botellón y decidimos ir a uno de los pocos Clubs abiertos donde justamente era Lady's Night. El resto suena a chiste… ¿Qué pasa si se juntan 9 Españoles, 1 Alemán y 1 Americano de fiesta en Kyoto?
Kyoto es un sitio para visitar si te gustan los templos, los paseos románticos y la antigua Japón. Eso sí, en primavera, que es cuando el cerezo está en flor y Kyoto es todavía más bonita.

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